Hábitos que mejoran la Fibromialgia
Cómo adquirir hábitos
mentales y emocionales
Para mejorar la Fibromialgia
Ya es sabido y aceptado que no sólo somos un cuerpo físico. Tú sabes y sientes, que también tienes una dimensión o cuerpo mental, otro emocional y otro espiritual. Y que todos ellos forman parte de ti.
La Salud, la Paz interior y la Felicidad duradera, es el arte de encontrar el equilibrio entre los 4 y tenerlos en cuenta a todos, sin ignorar alguno de ellos.
Y la fibromialgia es un claro ejemplo, pues no hay evidencias físicas en las pruebas médicas, pero la persona siente dolor lo detecte o no la tecnología. Y sobre todo se siente incomprendida.
En los estudios que se han realizado a mujeres con Fibromialgia, se ha podido comprobar que tienen pautas de pensamientos y estados emocionales muy similares y que se repiten en la inmensa mayoría.
¿Te gustaría saber cuáles son?
Ten en cuenta que lo mejor que puedes hacer por ti, es conocerte en profundidad y saber cuál es el origen de tu malestar, pues de esa manera puedes tomar decisiones que te lleven en una mejor dirección.
Hablando de dirección, un sentimiento que abunda bastante entre las mujeres con Fibromialgia es no tener dirección en la vida, no saber qué es lo que le da sentido a su existencia.
Y esta falta de objetivos concretos deriva en estrés, que a su vez disminuye la concentración de cortisol en las glándulas suprarrenales y como consecuencia aparece el cansancio, la fatiga o el agotamiento.
La primera propuesta es, comienza a caminar hacia más Abundancia (abundancia de salud, de buenas noticias, de experiencias enriquecedoras, de amistades maravillosas…), hacia más Armonía (armonía familiar, laboral, vecinal, emocional…), hacia más Paz interior que se reflejará en tu entorno.
La fibromialgia es un sufrimiento interior, muy vinculado a las relaciones familiares. Sientes que te debes a ellos, que debes darles explicaciones o pedirles permiso.
La intensidad del dolor físico es proporcional al sufrimiento emocional.
Suelen ser mujeres muy serviciales, excesivamente responsables de las obligaciones familiares.
No viven sus vidas, se sienten obligadas a atender y estar al servicio y cuidado del clan.
Muchas de ellas viven una relación de pareja en la que al mismo tiempo que creen no poder vivir sin esa persona, en ocasiones ven a la pareja como su peor enemigo y principal culpable de su situación.
Hay un sentimiento de profunda desvalorización e incoherencia entre lo que le gustaría hacer y lo que realmente hace.
Es mucho más frecuente en mujeres, pues históricamente hemos sido educadas para estar más al servicio y ayudar a los demás, incluso a costa de nosotras mismas.
Afortunadamente todo esto ya está cambiando y cada vez más mujeres toman las riendas y la dirección de sus vidas desde muy jóvenes.
Mientras tu sepas quien eres, no tienes nada que demostrar
¿Qué hábitos mentales y emocionales te ayudan a sentirte mejor cada día?
♥ La gratitud es mágica
Cuando lo conviertes en un hábito diario, constante y sincero.
Comienza ahora mismo a agradecer de corazón todo lo que la vida te aporta, lo que eres, lo que sabes, lo que haces, lo que tienes… Incluso, agradece por adelantado como si ya estuvieras viviendo aquello que tanto deseas
“SIÉNTELO”
Por si tienes dudas:
¿Puedes ver, oír, caminar, tienes comida a diario, agua…?,
¿Tienes libros, internet, personas de las que aprender…?
¿Tienes seres queridos por los que sentirte agradecida, mascotas, plantas…?
¿Tienes una cama dónde dormir cada noche, casa, ropa…?
¿Tienes imaginación para crear y soñar…? LO TIENES TODO
Conviértelo en tu MANTRA favorito. Despiértate dando gracias por un nuevo día, porque cada vez te sientes mejor, por todo lo que se te ocurra.
Da gracias a lo largo de tu jornada por todo lo que el día te regala, y acuéstate dando gracias por al menos 5 cosas que te hayan sucedido durante el día.
Y verás que todo empieza a cambiar.
♥ Empieza a delegar
Comienza a tratar a los miembros de tu familia como adultos emocionales, dimite ya de ser la coordinadora general del Universo.
Dales el permiso y date el permiso para que cada uno asuma sus propias responsabilidades cotidianas.
Pon distancia o pasa menos tiempo con aquellas personas que sientas que te baja la energía, y comienza a pasar más tiempo con quienes después del encuentro tengas un subidón, ganas de hacer cosas nuevas. ilusión.